Quizá el motivo de la obra se resuma en una respuesta. Thelma Biral, que nació en Argentina y vivió de chica en Uruguay, ante la requisitoria de si se sentía más uruguaya o argentina afirmó contundente: la patria es la infancia.
Javier Castro –el director entre tantas cosas– explica pausadamente los pormenores de su primer corto cuya historia transcurre en la Base Aérea de Morón.
Su relato –como la trama– desanda las calles que pertenecieron a su infancia. Entre mates y caramelos de propóleos la conversa va de Morón a Suecia y vuelve al barrio con la melodía de la nostalgia –acaso– llamado por las mismas estrellas que al Gordo Troilo, en la esquina de la casa de su vieja en Ituzaingó.
Contar historias esencialmente de barrio
Mis historias son más ficcionales pero la base está en las cosas que veo o escucho y el barrio es una cuna de mitos. Desde la niñez es difícil ver el límite entre realidad y fantasía entonces, la realidad aparenta ser la que es narrada.
Escribir respecto a las historias de barrio hace a la preservación del lugar –aún vivencial o ficcional– y resulta importante que se escriba sobre eso, es la columna vertebral para la existencia de un barrio.
Como una necesidad
Haber estudiado teatro me generó mucha admiración con el formato guión como narrativa, no como una cuestión complementaria del cine. Venía escribiendo algunas cosas que estaban ligadas a ambientes barriales y ésta tiene que ver con un hecho generacional, yo el barrio lo viví a pleno y tenía un funcionamiento imperceptible desde adentro que con el tiempo se fue perdiendo: no poder andar en bici o jugar en la calle y muchas anécdotas que uno tiene responden a esa época.
Debutar
Quise contar lo que significaba antiguamente el debut sexual para el hombre, que era traumado desde el padre que llevaba al hijo al prostíbulo y la advertencia de no defraudarlo, lo que provocaba algo no disfrutado. Se debía hacer y el hombre, para revalidar su condición, tenía que pasar por esa instancia. De hecho, te iniciaba una trabajadora sexual no un par como ocurre ahora entre adolescentes.
Después fue tomando otro rumbo, la aventura de hacerse del dinero para llevar a cabo el debut termina siendo primaria respecto del objetivo.
La idea del robo se da por anécdotas de la niñez, vivíamos metiéndonos en fábricas abandonadas para robar cosas y juntar plata.
El barrio te permite especular con hechos delictivos en un sentido picaresco. No imagino a un tipo en un edificio de Avenida Libertador robando una llave de luz sin ser baleado antes. Hay una complicidad de la gente de barrio.
Guión
Surgió de a poco, si bien tenía la historia no quería que se prolongue demasiado. El conflicto debía ser una incógnita y los roles de los protagonistas lo definen. Los personajes debían tener un poco de oscuridad a partir de crecer y ver que el mundo se vuelve oscuro.
Inclusive hay algo de ingenuidad y picardía porque los protagonistas se dan cuenta que al ir a robar descuidarían sus bicicletas y podrían ser ellos las víctimas y el origen pasa a ser secundario. Una vez que pude resolver ese escollo fue más fácil contar la historia. Ellos hacen dos intentos al advertir que pueden ser robados y vuelven caminado con otro plan, que les está marcando una etapa de crecimiento que tiene que ver más con el final, con el debut sexual, la conciencia del mundo oscurecido. Ahí pensé contarlo para que el guión sea claro para el dibujante.
La Base Aérea
Es un lugar que conozco mucho de explorar, de aventurarse como el asilo Martín Rodríguez y era el marco apropiado para la historia. Siempre en los barrios hay algún sitio inaccesible y desde ese momento se torna un desafío para un chico.
Además, la Basetenía un dejo de abandono y nos metíamos a jugar con las bicicletas. Ni siquiera reparaba que era un lugar de milicos. La reducción del miedo es algo sano que uno tiene cuando es chico, el no estar contaminado.
Como surge la animación
Yo venía trabajando con imágenes y la cuestión era cómo dárselas a la historia, entonces me reencuentro con Luis (Dardenne, amigo y artista plástico) luego de tres años y le propongo llevarlo a cabo.
Tenía muchas ganas de hacer cortos animados. Quería hacer una obra ni 3D ni computarizada. Requería otro marco como en Francia o Rusia, donde artistas plásticos hacen animación desde su lugar y la idea era trabajar con un artista que busque la forma para que sea placentera de ver.
Fin de obra
La idea es terminarlo en primavera para poder proyectarlo en diferentes lugares y después llevarlo en concursos en el exterior. La presentación la queremos hacer en el Museo Eduardo Sívori y también está la propuesta de enla Iglesia Nórdica, gestionado por el consulado de Suecia. Luego llevarlo a salas de barrio, de algún modo devolverlo para que tome otro vuelo.
La animación la trabaja íntegramente Luis Dardenne y de la música se ocupa –junto al director– Gustavo Bianchi, además bajista de Humo del Cairo. Como en el filme, este triunvirato de amigos aguarda otro debut, en la sala de su barrio.
Castro Básico
Javier Gonzalo Castro, porteño, 34 años. Vecino de Haedo, supo serlo de Ituzaingó.
Músico, estudió en el conservatorio de Morón, entre otros lares.
Ha pasado por la docencia y brevemente, la actuación.
Además de El Debut –en simultáneo– está realizando el documental “Carlos Keen, muerte y resurrección de un pueblo”.
En ambos se ocupa de la producción, el guión, la dirección y la composición de la música.
“El fisgón” y “El secuestro” completan sus tres deseos: “Mi idea es hacer tres cortometrajes contando historias de barrio y de hecho tienen un eje conductor que cuentan esa parte oscura que el mundo no quiere mirar y es necesario”.
Síntesis argumental
Cuenta la historia de tres amigos en décadas pasadas, que al entrar en la adolescencia, deben enfrentar uno de los peores temores sociales con los que combate el hombre a esa edad, el debut sexual. Con este fin emprenden una aventura de singulares hechos, que los llevará a un viaje sin regreso, descubriendo así una pérdida mayor a la que ellos creían que estaba en juego. Una historia que transcurre en escenarios barriales y que pone a los personajes en el límite de la realidad y la fantasía, llevándolos a través de intrínsecos caminos hacia un destino inevitable.