¡Ganamos! ¡Somos campeones! Desde el punto de vista deportivo, no son simplemente palabras. Son expresiones que tienen el poder de transformar, no sólo nuestro humor, nuestro estado de ánimo, sino por encima de esto, nuestra identidad: ¡somos los mejores! Esto es válido, así se trate de una competencia barrial, nacional o mundial. Y no importa si en ese “ganamos” hemos sido parte de quienes han protagonizado el triunfo, o somos simpatizantes (hinchas) y nuestra participación se limitó a gritar desaforadamente frente al televisor, mientras observábamos la competencia.
Los argentinos hemos vivido esta experiencia varias veces, a través de las copas o medallas que los nacionales han obtenido en boxeo, tenis, rugby, hockey, fútbol…
Es asombroso ver cómo ese poder de convocatoria que tienen algunos deportes logra que olvidemos nuestras diferencias y nos unamos sólidamente, para alentar a quienes nos representan. ¿Te imaginas si fuéramos así en el resto de las cuestiones comunitarias, como se vio, por ejemplo, en los festejos del bicentenario?
De todos los deportes, el fútbol merece una mención aparte. Es, lejos, el más difundido mundialmente. Por lo que ganar, o mejor todavía, el ser campeones del mundo tiene una connotación enormemente valiosa. En este momento la presencia y destacada actuación de jugadores argentinos que formarán parte de la selección nacional en equipos extranjeros, marca una cierta lógica de lo esperable como resultado de este mundial en Sudáfrica. Pero en las actividades humanas, la lógica no es precisamente “matemática”.
La selección contará con jugadores que, individualmente, tienen una calidad difícil de igualar. El tema es que en los deportes grupales, el trabajo en equipo es el que suele desbalancear los resultados y contrarrestar figuras descollantes de los rivales. Es cierto que también se puede dar la inversa, y a eso apuntan los equipos figura-dependientes.
Desde Castelar Sensible te proponemos reflexionar sobre qué equipo te gustaría ver en la cancha. Quizás no te conformes con que meramente ganen. Quizás sueñes con que muestren al mundo ese juego alegre y vistoso, creativo y potente que –sabemos, lo hemos gozado– son capaces de inventar.
Qué lindo sería si en cada actuación consiguen reflejar lo mejor de nosotros como sociedad y como país. Este amado paisito que supo parir integrantes descollantes en todas las disciplinas como Jorge Luis Borges, César Milstein, René Favaloro, Julio Boca, Gustavo Ceratti…, y que muestra tanta dificultad a la hora de generar un juego coordinado y cooperativo en pos del mismo objetivo.
Recuerdo el lema que propuso Nelson Mandela con motivo del mundial de Rugby que se desarrolló, precisamente en Sudáfrica, en el año 1995: ¡Un equipo, un país!
En ese campeonato, los Springboks (antílopes) mostraron cómo un buen trabajo de equipo puede anular a figuras claves del rival y quedarse así con el triunfo. Algunos dicen que además, ese desempeño evitó la guerra civil, y los inició en la construcción social del país.
Ojalá que los muchachos de la selección (jugadores, entrenadores, directores y técnicos); nos den el ejemplo y nos muestren desde su entrega y lucidez un camino de cómo ganar y ser campeones jugando en equipo. Que así sea.
Pedro Lorenzo Hernández