¿Qué esconde una chapa, qué dice un cartel en su agonía? Allí se advierte, se huele el pasado de la ciudad que fue; también denuncia una época borrascosa e infame.
Quizá sean ignorados y el tiempo imprudente los hiera de muerte. Retazos zurcidos de esquinas de ayer.
Inocencio Arias
Las letras supuran el color de su divisa; desde una pared agrietada -entre telarañas y cables- aguarda cada sábado para revalidar su amor con el cuadro del barrio.
Lincoln
Apenas le quedaron dos clavos; pintarrajeada con desdén, parece perderse entre la pared.
La sombra y el olvido afilan su puñal melancólico.
Olegario Andrade
Atraviesa Zeballos como una cicatriz; el tapial sufre el humo y el rumor de la avenida. El óxido tiene la chapa a su merced y la amenaza hasta la corrosión.
Bécquer
Las letras se borran lentamente, se quitan la ropa; pronto será un cartel vacío. La rima se hace humo y desata la tormenta.
Espronceda
Pared descascarada, hace esquina de Rivadavia cuando la avenida es una llamita.
Tiene la tristeza de tanto despedir trenes; el quejido de estos es su copla favorita.
Elflein
Pasaje breve y diminuto, arrabal del sur de la ciudad; su canción retumba en un clamoreo. Espera más edificios como un preso su condena inexorable.
Martín Irigoyen
La intemperie y los días lo volvieron apenas legible; su destino es la vía del ferrocarril y ésta es otro río que desemboca en el mar.
Zeballos
Avenida y ruta. Escucha atentamente los relatos de los camioneros, que jamás repararon en la ortografía del cartel y nunca lo sabrán.
Del Libertador
Se hace llamar avenida; una araña saca el punto arroz antes que irrumpa el invierno. Las gentes miran sin mirar y se pierden por su diagonal.
Aristóbulo del Valle
Aduana de los carruajes que cruzan la frontera al norte; 6 de setiembre hizo llamar a Morón algún bueno para nada durante el golpe militar del ´30.
Montes de Oca
Se reconoce escasamente; desde que enviudó del naranjo, no le encuentra sentido a las tardes y se aburre mirando a los que aprenden a estacionar.
Anatole France
El sol se cuela y acaricia la ochava de Argentina; cuando el otoño desnude las ramas ya no habrá sombras chinescas.