Con gratitud y penita en el corazón compartimos un Hasta Siempre al medio que inventó un camino de encuentro permanente entre los hechos culturales y la comunidad. Castelar Sensible reverencia a su creador desde este humilde homenaje escrito por un ser muy especial. ¡Gracias querida Verónica!
Son muchos los vecinos de Castelar y de Morón que esperan la salida del próximo número de la revista Artes&Letras, publicación bimestral que desde hace dieciséis años cumple la noble tarea de impulsar y difundir el arte y la cultura de la zona Oeste. Me toca hoy a mí –justo a mí!– comunicar que por decisión de Mario Alberto Podestá, su fundador, editor y alma mater desde noviembre de 1993, no habrá próximo número. Y digo justo a mí, que soy su hija menor, que se contagió el oficio de contar mientras miraba con asombro, desde abajo, a ese hombre absorto en su mundo de ideas, de melodías silenciosas ejecutadas a través de la palabra escrita.
Pinceladas de un hombre magnético
Estoy releyendo una entrevista que le hicieron años atrás en el libro “Ilustres conocidos; Historias de vida de los Ciudadanos ilustres de Morón”. Allí, él dice sobre su revista: “En la actualidad continúo produciéndola porque me mantiene vivo espiritualmente”. Realmente Artes&Letras era un delicioso alimento para su espíritu, alimento que se vio obligado a dejar de saborear cuando su vista averiada le dijo “Basta”. Y doy fe que la peleó hasta no poder más, como un digno caballero medieval, con la templanza, la valentía y la hidalguía que lo caracterizan. Cuando los anteojos ya no alcanzaban, continuó con una lupa. Luego fueron los anteojos más la lupa, más dos ojos verde-miel prestados, los de su compañera de toda la vida.
Juntos corregían, juntos leían y revisaban las pruebas, juntos salían a repartir la revista. Juntos siempre. En honor a la verdad debo aclarar que esos ojos hermosos fueron prestados mucho antes de que a mi papá la vista le jugara malas pasadas. Inés fue su asistente personal, eficiente, impecable en todas y cada una de las obras de teatro, cuentos y notas periodísticas.
Aunque era muy pequeña en ese entonces, tengo grabada en mi memoria la imagen de mi mamá con las manos embadurnadas con una especie de gelatina pegajosa haciendo copias caseras y artesanales en el gelatinógrafo, (antecesor de la fotocopiadora), a fin de que mi papá pudiera presentar sus escritos en los concursos literarios.
“No importa cuán diferentes roles cumpla, madre, esposa, hija, hermana, amiga, amante… su entidad es absolutamente original y por muchos aspectos, seráfica. Tanto es así que, por esa sola obra de su creatividad, Dios puede ser alabado independientemente de todo lo demás”, escribió Marioalberto, –como le gustaba firmar sus editoriales–, en el prólogo de su libro “Cuentos nacidos de mujer”. Se refería a La Mujer, así, con mayúsculas. Seguro, hablaba de mi mamá.
La literatura fue su pasión y su fuente de inspiración; la escritura, un saludable “vicio” que heredó de su padre. Borges decía que soñaba su paraíso personal con una biblioteca. Mi papá construyó su propio paraíso rodeado de libros. Y allí estábamos sus hijos: Al, Marinés y yo, escabulléndonos entre sus piernas, corriendo a grito pelado a su alrededor o montados sobre su cabeza, mientras él permanecía imperturbable, sentado frente a la máquina de escribir o con un libro entre sus manos con la concentración de un yogui.
Para escribir se necesitan todos los sentidos. Para narrar es necesario ante todo saber escuchar. Y éste es sin dudas el sello personal de mi papá: hombre silencioso, de pocas pero precisas palabras, que expresa sus opiniones sólo cuando se las solicitan. Si no, él escucha y reflexiona.
Su forma de expresión guarda un estilo propio y bien definido: realista, sin eufemismos, algo irónico y libre de sensiblería o de golpes bajos. Cada párrafo, siempre cuidado y meditado, deja traslucir una profunda sensibilidad estética y social.
Nunca buscó fama ni reconocimiento. Su prédica fue y sigue siendo sólo a través del ejemplo, con una coherencia absoluta entre las palabras y las acciones.
Mi papá no sabe que saldrá esta nota anunciando la triste noticia de que Artes&Letras ha cesado su publicación tras 106 ediciones ininterrumpidas. Si lo supiera, me pediría que agradezca a todos sus anunciantes, en especial a Juancho y a Isabel Pisano y a Best-Paint; me diría que no me olvide de mencionar a su entrañable amigo Pablo Terán, a Antonio Maiolo, a María Emilia Paluci, a María Amelia Díaz y a todos los que lo acompañaron en la maravillosa tarea de difundir la cultura del partido de Morón en todas sus expresiones.
Al releer estas líneas, me resultan tan pobres y tan inexactas frente a la riqueza y el ejemplo que representa un ser tan excepcional, que decido no darle más vueltas, aprieto un último “save”, la envío a Castelar Sensible y me voy corriendo a abrazar a mi papá.
Verónica Podestá
Vida y obra (muy abreviadas)
Hombre de la cultura, del teatro y del periodismo, Mario Alberto Podestá nació en 1923, en Morón. Desde los 20 años colabora envarios medios zonales como La Tribuna, La Villa y La Reafirmación. Desde 1950 hasta 1955 se desempeñó como subsecretario de Cultura de la Municipalidad de Morón y fue clave en la creación del Teatro Experimental y el Teatro Ambulante de Morón. Además, organizó salones de artes plásticas, formó coros e impulsó concursos literarios.
Entre sus obras teatrales se destacan “Un rostro antiguo” (Primer Premio Municipal de la Ciudad deBuenos Aires) y “La rata cruel” (Selección de Obras Unitarias para Televisión del Fondo Nacional de las Artes). Con “Cuentos nacidos de mujer” (2004) incursionó también en la narrativa breve.
Como periodista, dirigió y editó la revista Artes&Letras, distinguida con el Premio de Honor Mariano Moreno del Círculo Regional de Prensa y declara da de “Interés comunitario” por el Concejo Deliberante de Morón, desde 1993 hasta el 2010.