…tal vez, se parezca a este rayo de sol”. Esta imagen que propone Fito Paez tiene algo del alma de la nota que leerán. Ojalá la calidez de nuestro personaje se quede entibiando el invierno de muchos corazones.
Cuando nos encontramos con Graciela Guede para realizar la entrevista que dio letra a dicha nota faltaban dos días para inaugurar su nuevo espacio y le dolía la mollera. ¿Qué será?, se preguntaba ella intentando decodificar algo más profundo que un síntoma a tratarse con paracetamol. E improvisando un juego de asociaciones libres con el único objetivo de reírnos un poco, fluyeron algunas ideas que, quién sabe, podrían dar pistas a esa expresión del cuerpo: ¿estarás naciendo de algún modo Gra? ¿Será esa pulsión que empuja a atravesar el canal de parto para conquistar la nueva Vida?
“Yo me vine a vivir a Castelar a los veinte años; en 1980. Estaba de novia con Jorge y pusimos Siddharta, –el primer local de ropa hindú que hubo por estos lares– en la Galería Norte abajo, al lado de la calesita.
De un día para el otro dejé mi trabajo en el Banco Cooperativo de Caseros y sin la mínima noción de lo que era ser comerciante, me dediqué con todo a esto. La remábamos de lunes a lunes; fabricábamos, teñíamos. Fuimos los primeros de la zona que abríamos los sábados a la tarde. Siempre recuerdo que los 24 de Diciembre a las doce y pico de la noche le comentaba a Jorge: Deben estar desenvolviendo algún regalo de Siddharta. Y eso me parecía mágico. Tan emocionante…”
El día de la madre del 96 –embarazada del primogénito– abrieron en Arias su propio local. Y hace aproximadamente nueve años compraron la casona destruida del pasaje Campana con un objetivo claro: armar un Centro Cultural, un lugar dedicado al arte donde retomar la esencia que los había presentado y se mantenía un tanto postergada por la absoluta dedicación al negocio.
No permitas que se pierda tu cosecha
En el año 2007 Jorge se enfermó y en sólo tres meses se fue a otro plano. Demasiado pronto. Demasiado Intenso. En medio de la enorme tristeza que invadió la vida de su familia, Graciela charló con sus hijos, se cuestionó si aquel viejo sueño para cuatro podría cumplirse siendo tres y se animó. Contó su proyecto a los arquitectos Jorge Mezzorana y Gonzalo Ventura, quienes se involucraron de un modo sensible; la amiga del alma Lili Otranto y Patricia Carman y su cuñada Irene también la acompañaron para sostener semejante proceso; Ale Palamara se sumó para coordinar lo que fue apareciendo en la travesía y aquí estamos.
El teatro que iba a estar en un principio dejó de tener sentido frente a la ausencia de su director; entonces se diseñaron dos locales que solventarían los gastos del arte. Pero tras un tiempo de percibir que no le cerraba esa opción, Gra decidió mudar allí mismo el local de Siddharta. Por eso ahora lucen todo junto desde esa especie de “nidito” que alberga el pasado, florece en el presente y confía en el futuro.
Se Puede
Genera admiración la obra de esta mujer valiente que surcó miedos; se levantó de mil caídas, transformó cada angustia en nueva siembra y hoy tiene entre sus manos (ese símbolo del logo de Domus que inspira a extender las propias); el tesoro que se merece.
Siempre recuerdo que los 24 de Diciembre a las doce y pico de la noche le comentaba a Jorge:Deben estar desenvolviendo algún regalo de Siddharta. Y eso me parecía mágico.”
Tal vez sin advertirlo Graciela es quien mejor describe lo que inspira cuando comenta que su terapeuta –Gabriel Martinelli–, le dijo que “hay muy pocas personas que pueden unir la utopía con la experiencia”. Ella lo hizo. Y confiesa que lloró desde las entrañas mirando el papel de la habilitación municipal de su “Casa de Cultura. Galería de Arte” tras treinta años de comercio.
Ella; una mujer pequeña en apariencia que en tantas ocasiones se sintió frágil. Ella, un ejemplo gigante de lo que se puede alcanzar cuando una persona se deja guiar por los deseos verdaderos y permite que sus afectos le acerquen llamitas para iluminar el sagrado espacio de Reparirse.
Bienvenido Domus a este difícil pero bello mundo. Gracias por haber elegido nacer en Castelar!
El nuevo cartel de Siddharta guarda una impronta especial: es el mismo -reciclado- que engalanó durante muchos años la vereda del local de Chip’s. Ojalá que esta coincidencia simbolice el “pase de antorcha” de un negocio muy querido que se fue pero dejó parte de su historia para que el nuevo espacio continúe sumando su legado afectivo.
La Historia de un Amor
El Jorge del que habla Graciela era Jorge Adip; su compañero de vida, con quien se conocieron en el Conservatorio Nacional de Arte Dramático donde ella cursaba cuarto año de la carrera para ser Actriz y él era director de teatro y profesor de los cursos superiores.“Entonces yo tenía diecinueve años; él ocho más. A los tres meses de conocernos comenzó nuestro amor, nos fuimos a vivir juntos y aunque nadie apostaba a nuestra pareja, estuvimos unidos durante veintisiete años” relata nuestra protagonista con la mirada humedecida en e lregistro del riquísimo camino que reccorrieron juntos.
De ese amor nacieron Tomás y Francisco; “mis hijos hermosos, los primeros que me apoyaron en este sueño. Tienen 13 y 14 años y cuando les expliqué que llevar adelante esto sería muy difícil; con costos importantes económicos, de energía y de tiempo me respondieron: Sí mamá; hacelo. Ellos son mis pilares para seguir avanzando”.
Propuestas de Domus, un lugar para expresarse:
- Pintura para Niños y Adultos.
- Fotografía.
- Teatro.
- Oratoria.
- Reiki y Terapias Alternativas.
- Muestras de Arte permanentes.
…y mucho más.