“Alguien que escriba sobre deportes con una mirada humanista”, tiré al aire como un ruego. Sergio no lo dudó: “Te presento a Pedro!”. “Pedro, necesitaría una foto…. Sí, sí; en un minuto te la paso”, y a los 58 segundos la foto aterrizó en mi bandeja de entrada. “Pedrito, vos sabés de…?’’ Pedro sabe; y si no sabe lo investiga y te lo acerca. Y para acercártelo si no pasa por mail se pega una “corridita” y “en diez estoy en tu casa”. Mi casa queda a veintipico cuadras de la suya pero él en diez reales llega trotando alegremente, inclusive si su atuendo es un piloto impecable de señor importante y en su mochila carga –literalmente– 8 ó 10 kg de equipos.
Entonces Pedro –que honra a Castelar Sensible como colaborador desde el primer número redactando sobre la importancia de la actividad física; filosofando sobre Ser Equipo en el Mundial pasado y escribiendo con emoción de Padre en la edición anterior–; de pronto se pone en evidencia.
Ya no podrá seguir disimulando entre respuestas “esquivas” frente a la sospecha de que él mismo es un ser especial. De esa raza de Especiales que; aunque se ruborice y repita que tuvo “suerte”; son los genios humildes con un corazón gigante que andan por la vida comportándose como ejemplos a imitar. Por eso le anunciamos sin anestesia: “Pedro, en este número el Personaje sos Vos”.
“Nooo. Yo? Me pone nervioso estar del otro lado del mostrador”.
Se dice de mí
Sí. Vos. Se dice por ahí que sos un gran deportista, que vas a las cárceles a ofrecer talleres y cine; que hablás tres idiomas y te recibiste en más de una carrera. Se dice que tenés siete hijos y siete nietos a los que adorás y que te ponés al hombro múltiples páginas web desde donde estimulás “porque sí” las actividades que te parecen saludables. Se dice que vas sacando fotos de tus compañeros de equipo mientras corres en las maratones –sin abandonar tu sonrisa! –; y que siempre pero siempre le inventás ratitos a tu nutrida agenda para ayudar a quien te necesite. Y eso que tal vez quienes andan diciendo no saben que sos un caballero de sesenta y cinco pirulos, jubilado, que todo lo ofrecés ad honorem –poniendo dinero de tu bolsillo en realidad– y que tenés un lema que te pinta: Lo mío mas que acción es Pasión.
Vamos Pedro Lorenzo Hernández, ahora contate vos.
Nací en Salamanca, España y a los tres años me instalé junto a mi familia en Mataderos. Empecé la secundaria en el Industrial 4 de Lacarra y Alberdi donde un profesor de educación física me sembró el gustito por lo deportivo. Él me preparó para participar en algunas competencias de grandes aparatos –paralelas, potro, anillas, barra– que me encantaban. Tenía facilidad para dichas actividades pero mi gran suerte fue el cruzarme con un referente que me alentó; me ayudó a focalizar, me valoró. Yo estoy convencido que eso es fundamental en todos los aspectos.
Disfruté de todos los deportes que me propusieron y ya mas grande, cuando habían nacido mis hijos, me enganche con la disciplina del Karate en el club Huracán de San Justo, sin preocuparme por cambiar colores de cinturón, simplemente disfrutando de entrenar y participar.
¿Cómo empezaste a correr?
Tomaba clases de Taebo, luego de Fight do; hasta que la mujer de mi socio me insistió con probar Running. Me acerqué al grupo de Sergio Larrosa en Evolution justo el día que festejaban el cumple de una de las chicas. Me gustó cómo me recibieron y el modo cómo encaraban la cosa y me quedé.
Al poco tiempo noté que eso que al principio me parecía rarísimo –ver a las mujeres que charlaban muertas de risa al mismo tiempo que corrían mientras a mi se me salían los pulmones por la boca–; de pronto empezaba a resultarme posible.
Yo necesito tener una actividad física, es una energía que hace falta poner en algún lado porque sino me siento mal. Cuando no puedo subir las escaleras del subte de dos en dos, sé que me estoy dejando estar con el entrenamiento. Al retomarlo compruebo instantáneamente el beneficio en mi salud física y mental.
La Actitud es lo que acerca todo lo que uno se proponga en la vida” –asegura Pedro que, a cuatro años de haberse animado a esta aventura cuenta en su haber con premios notables. Siempre en su categoría (mayores de 51 ó de 60, según lo dispongan los organizadores) conquistó el Primer Puesto junto a su compañero en Febrero en el “Cruce de los Andes” organizado por Columbia y el Club de Corredores (100 kilómetros en tres días). Fue Segundo en la última Patagonia Run (42 kilómetros entre los cerros de San Martín de los Andes) y subió al podio en competencias en La Plata y en Ramos Mejía; entre otras.
Nada de darle de comer a las palomas
Cuando uno se jubila el imaginario social lo plantea como una especie de “final” bastante tremendo. Yo creo que finaliza aquello que posiblemente te sustentó económicamente, pero no es el fin de tu vida. Me jubilé siendo Ingeniero Técnico de vuelo; Inspector e Instructor de Aerolíneas Argentinas. Tenía 51 años entonces, con 11000 horas de vuelo y 34 años de aporte y esos son los límites que se manejan en mi especialidad. Había entrado allí como aprendiz becario de mantenimiento mientras cursaba el quinto año de industrial en la escuela Jorge Newbery de Haedo; adonde me había pasado tras mudarnos con mis padres a Lomas del Mirador.
En Aerolíneas empecé como ayudante en el servicio de línea flota Pistón; que por supuesto ya no existe. DC 3, DC4… trabajar en ellos era algo majestuoso; no se puede explicar. Yo me enteraba que se haría un vuelo de prueba y ahí estaba, súper atento para no perderme ninguno. Amé aquel trabajo de punta a punta; pero cuando se cumplió su etapa seguí activo y amando muchas cosas más.
Cuando sea grande quiero ser…
A los 24 años Pedro se casó. Al poco tiempo la vida lo enfrentó al dolor de perder a su primer hijito y a una serie de situaciones que lo hicieron replantearse ciertas elecciones. Reconoció que deseaba virar hacia algo mucho menos rígido que lo que conocía, que enriqueciera el aspecto humanístico de su formación. Se decidió a estudiar en la Escuela Argentina de Periodismo, experiencia que describe como El descubrimiento de una capacidad hasta entonces dormida. “En ese tiempo pude expresar un montón de cosas que me fascinaban –recuerda nuestro protagonista–. Tuve profesores genios; que me enseñaban proponiendo reescribir un fragmento de “Platero y yo” como lo haría Nalé Roxlo o “El Quijote” al modo de Borges. Era un desafío apasionante que atesoro como de un altísimo aprendizaje. Desde entonces, donde fui hice una revista”.
Para la época en la que se recibió de Periodista empezó a volar en Aerolíneas. Rindió exámenes y ganó (sigue diciendo que por un poquito de suerte…) la posibilidad de cursar para Instructor de Aviónica.
Viajó mucho; enseñó lo aprendido a nuevos pilotos y fue parte del primer equipo que diseñó el Curso de Factores Humanos para poder trabajar en equipo y minimizar los accidentes de aviación (hoy regulado y deaprobación obligatoria para todas las empresas).
¿Y ahora qué?
Por un carril andaban sus éxitos profesionales y por otro lo que nuestro protagonista asume como la apertura de otra instancia en su existencia. Frente a la separación de su pareja “yo, que siempre había renegado de lo que me pudiera decir un psicólogo, empecé una terapia que me iluminó la cabeza de otra manera. Tanto que al enterarme del inicio de la carrera de Psicología Social en Castelar (calle Arias) me anoté, me recibí de Operador en Psicología Social y logré hacer una síntesis en la que aproveché cada uno de los pasos dados en todos los caminos que había recorrido. ¿Un ejemplo? Con uno de los psiquiatras de Aerolíneas generamos el Primer curso en Latinoamérica para Superar el Miedo a Volar en tres días. El 95% de la gente lo lograba. Yo era el que mediaba entre el Pi y el Psi” (los pilotos y la psicología, asocia Pedro con simpatía). Y también desde ese nuevo rol desplegó un mayor compromiso social. Compromiso que mantiene encendido gracias al mejor combustible que puede existir: el que brota de su corazón.
Un gran tipo este Pedro que inspira a sugerirles como final de nota: “Ante cualquier duda (de “Ser o no Ser”; o “qué va a ser de mí ahora que me jubilo” o simplemente “estoy aburrido”… no consulte a su médico aún. Vuelva a leer esta entrevista. O entre a estas direcciones:
- www.lorenzohernandez.com.ar
- www.nosotrosmismos.com.ar
- www.tiemposocial.com.ar
- www.veniacorrer.com.ar
- www.correresunplacer.com.ar
¡y encuentre su propia Pasión! Por algo elegimos compartir a don Henández para la edición del Día del Niño. Salud para todos!
Fotos: Gentileza Pedro Hernández
De gotas se forman los mares
Gracias a una psicopedagoga que fue maestra de sus hijos y a quien Pedro admira; conoció la teoría de Desarrollo a Escala Humana de Manfred Max-Neef, Antonio Elizalde y Martin Hoppenhayn que plantea que el ser humano se desarrolla en base a las posibilidades que tengan de satisfacer adecuadamente sus necesidades humanas fundamentales (que son diez y no se diferencian por culturas ni religiones. Son iguales para todos. Ellos sostienen que las pobrezas, además de carencias son “potencias”. Depende de cómo sean acompañadas pueden convertirse en obstáculos o impulsos).
“En los Proyectos de Integración Sociolaboral que llevo adelante en la actualidad con personas privadas de su libertad registro que muchos de ellos no tuvieron jamás contacto con quienes les hayan marcado sus capacidades.
Y aunque sea bastante tarde para hacerlo –es ideal que ocurra en la infancia– igual sirve cruzarse en la etapa de adultez con ese Otro que les “espeje” el propio valor.
Mi experiencia con los presos me devuelve que hay dos necesidades fundamentales que están claramente mal satisfechas en ellos: la Identidad y el Afecto; y trabajamos para que las registren”.
Pedro asiste tres veces por semana a dar talleres y organizar cine debates en las cárceles de Coronda en Santa Fe y Gorina (“la 12” con régimen abierto o semi) y Melchor Romero (psiquiátrica) en Bs. As. En la unidad de Gorina también armó un equipo de Running “Lo más parecido a la libertad que ellos han vivenciado; además de conectarse con la superación personal. Salieron once veces a correr a la calle sin ningún inconveniente”.
¿Resultados comprobables tras casi cuatro años de inversión de Pedro? Bajó la violencia y aumentó la predisposición a cumplir las pautas de convivencia; ser cooperativos; respetar al otro y plantear los conflictos de un modo más saludable. Casi nada…
Por otro lado armó un proyecto para formar Jóvenes Animadores Comunitarios. Está enfocado a entrenar a los chicos de los barrios carenciados que tienen condiciones de liderazgo para que detecten las problemáticas y sean ellos los modelos que propicien las búsquedas de soluciones, desarmando a actitud de “esperar que te lo regalen”. Es formativo y no asistencialista.